Todo progreso se alcanza fuera de la zona de confort

En una época cada vez más nihilista, vacua y llena de personajes intitulados con nombres rimbombantes, (curiosamente todos ellos en la lengua de Shakespeare), cada vez me siento más orgulloso de mi peculiar forma de trabajar. Independiente, pero compartiendo y conectado con otros profesionales, y con la imperiosa necesidad de crecer y aprender. Pero como dicen en el Souss marroquí, el burro dice “La belleza cuesta” y para avanzar más allá de los modelos prefijados por modas y corrientes, uno tiene que abandonar la zona de confort y tirarse al charco.

En una época cada vez más nihilista, vacua y llena de personajes intitulados con nombres rimbombantes, (curiosamente todos ellos en la lengua de Shakespeare), cada vez me siento más orgulloso de mi peculiar forma de trabajar. Independiente, pero compartiendo y conectado con otros profesionales, y con la imperiosa necesidad de crecer y aprender. Pero como dicen en el Souss marroquí, el burro dice “La belleza cuesta” y para avanzar más allá de los modelos prefijados por modas y corrientes, uno tiene que abandonar la zona de confort y tirarse al charco.

Laravel, la contabilidad y las API.

Estos dos últimos meses tuve que dejar de lado, mi proyecto lowino.es, para dedicar un poco a cerrar un capítulo que quedaba pendiente: mi contabilidad automatizada de Castris, o lo que es lo mismo, que las tres o cuatro mil facturas anuales pasen directas a contabilidad, sin intervención humana.
En principio me decanté por Cuentica, pero la decepción fue mayúscula. No es que sea un mal software, al contrario, tiene una gran API, una buena doc, y un soporte más que decente. Pero su política comercial y sus precios, me parecen estar muy lejos de una realidad asumible.

Eso de que te cobren bajo presupuesto por los libros de contabilidad, y que lo que empiece costando 15€ mensuales, acabe por ser realmente unos 500€ anuales… pues va a ser que no. Por otro lado, esta bien para autónomos de tres facturas al mes, sin mucha complicación, y sin conocimientos de contabilidad, que están dispuestos a ir por donde ellos les digan, como si fuera una gestoría.

Necesitaba algo más potente, cercano a la contabilidad tradicional, pero bajo el paradigma actual, pero donde pudiera hacer uso de mis conocimientos de contabilidad y fiscalidad, y decidir yo, que hacer y como hacer en determinadas situaciones, así que me acerque a SageOne. Ya se, ya se. Muchos lo odian, y no es para menos. Pero, superados algunos escollos, me metí de lleno con la API 3.1

Así que, después de dos trimestres, tenía que migrar lo que tenía en MiCuentica y pasarlo a SageOne. Bueno, sin tiempo para hacer test, con ciertos problemas de documentación y juntando las gracietas de WHMCS y sus malos redondeos (ya solucionados) me puse a ello, y conseguí llegar a tiempo para el cierre anual.

Aunque es un pequeño desastre, pues no he trabajado nada con pruebas, tema pendiente para este año, y que ya he comenzado a trabajar en mi propio Gitlab, os dejo los paquetes con los que me he trabajado micuentica, WHMCS, Sage One y OVH (del cual tengo que decir que me he quedado fascinado con cómo funciona su api)

NOTA:Los paquetes está disponibles “as-is”. No hay tests, no hay soporte. Pero te serviran mucho más que muchos docs que hay en muchos blogs sobre la conexión con esas api, que cada una tiene un método diferente. y sobre todo porque a mi, me funcionan, no como lo de muchos blogers de copy & paste.

Lowino, el TDD y el futuro.

Ya con la tranquilidad de haber cerrado el año fiscal, me lanzo a seguir con mi proyecto, pero con la premisa de comenzar de 0 con TDD, o mejor dicho, Desarrollo guiado por pruebas, y/o al menos forzarme mucho a realizar prueba unitarias tanto en la parte del backend (PHP) como en la del frontend, que voy a realizar en puro javascript.

Si entusiasmado con Laracasts para el aprendizaje de las buenas formas de programación y el avance en el conocimiento del ecosistema de Laravel, en vueschool.io para el aprendizaje y mejora de mi javascript y vue.js.

Supongo, que escribo esto enervado tras haber abierto mi linkedin, y ver que personas a las que conozco personalmente y profesionalmente, se publicitan en la red social, con pomposos y altisonantes adjetivos calificativos profesionales, cuando en realidad, no tienen ni la más remota idea de lo que hablan, salvo la lectura de un cachito aquí, otro allí, la asistencia a algún meeting profesional. Algo cansado además de una sociedad tecnológica en este país, que muchas veces me deprime. Por ello, otras de las asignaturas pendientes a mis 53 años, es darle caña a ese inglés vergonzoso que no sale de mi lengua, ni a golpes de libra, porque cada vez me siento más lejos de la comunidad en castellano.