Terrorismo islamico como vocablo propagandístico
Hace ya tiempo que no escribo, pero últimamente, tras leer las barbaridades de la prensa, los editoriales cargados de sionismo encubierto, y la lectura de la dolorosa situación de un mundo musulmán destrozado por la manipulación maquiavélica de los iluminatti y su consejo sionista, no sin la ayuda desde dentro de la propia casa por años de manipulación torticera, que me animo a escribir estas líneas.
Asustados últimamente en algunos editoriales, alarman sobre el terrorismo islámico, comenzando porque esa forma de lucha, esa Yihad adulterada por los petrodólares del wahabismo, no es islámica, sino “procedente del mundo árabe” en todo caso, pues no hay consejo de ulemas en el mundo musulmán, con la salvedad de aquellos abonados al petrodólar encubierto, que sostenga la Yihad en forma de ataque suicida.
Hoy abre El Mundo, con una reseña en portada sobre “el orgullo de la viuda” del kamizake, Jalil Abu Mulal por ende doctor en medicina, que acabo con la vida de los agentes de la CIA en Afganistán. Nada anormal en esto, si el interés de la noticia y de la editorial, no develaran el sentimiento del editor, en el reproche sistemático de la acción, aprovechándolo para añadir mas mierda a la corriente islamófoba que tiene tintes de convertirse en un grave problema de convivencia en todo el mundo.
Ya en épocas de los califas bien guiados, se planteo un problema sobre la interpretación del castigo a los ladrones, por el polémico califa Umar[i], que Allah este complacido con él, que decidió suspender el castigo en tanto las condiciones de vida y subsistencia, no se garantizaran para la comunidad musulmana.
Cabria reflexionar, porqué un medico, un intelectual, llega a la decisión de inmolarse.
Seria justo, pensar que años después, determinados estudiosos y lideres espirituales entendieran, que en un estado de cosas, donde la hipocresía mundial permite el latrocinio, el genocidio, de un pueblo como el palestino, del iraquí, o donde, se permiten eufemismos como guerra preventiva, misión de paz, para denominar operaciones encubiertas de injerencia política y económica, bajo los espureos intereses de las corporaciones mundiales de energía, banca y otros poderes, con el fin de servir a sus propósitos, surjan interpretaciones sobre una Yihad violenta.
Los cabezas rapadas, y los cabezas huecas de la línea eurábica, tan dados últimamente a ilustrar a una población analfabeta de sus propia historia, no dejaran de sacar de contexto, no sin un halito de razón, las barbaridades a las que nos acostumbran algunos miembros del mundo musulmán.
Normal, que en el clima necesario, creado por años de manipulación sionista, y con la aquiescencia de los hermano del petrodólar, halla surgido una peligrosa corriente wahabista, que gracias a sus petrodólares surge en forma de mezquitas, organizaciones sociales, a lo largo y ancho del mundo, adoctrinando un Islam, adulterado, peligroso, y germen de una violencia que no ayuda sino a mantener el status mundial del caos interreligioso. Con igual complacencia e hipocresía, como la mostrada por el mundo occidental, al mismo tiempo que se financia la escuela del terror, se publicita en las cadenas árabes, por ese mismo dinero, el no a la violencia.
Hace poco murió, el expresidentes Indonesio, Abdurrahman Wahid, una de los mas acérrimos enemigos del wahabismo, que ya advirtió del peligroso devenir de su ascensión en el mundo musulmán, a través de Nahdlatul Ulma, organización suní que aglutina a mas de 40 millones de seguidores. Precisamente, Indonesia, es un país donde las diferencias de tolerancia religiosa, quedan circunscritas a la corriente islámica que esta en el poder, y donde se hace patente, precisamente, el peligro del que hablamos, en forma de falta de libertades, escuela de terroristas, e inestabilidad político social.
Mientras, la prensa que sigue vendiendo lo que a los manipuladores interesa, sigue haciendo ver a la sociedad, un Islam, totalmente diferente al que siguen y practican, la gran mayoría de los musulmanes. Un Islam, alejado de ese concepto.
Aunan esfuerzos, una vez mas por vendernos, la idea de una Al Qaeda, que propugna la reconquista del Al-Andalus, mito que ya ni siquiera es impensable en un entorno realista, pues ni siquiera el concepto Al-Andalus, sería posible en la particular forma de entender el Islam por los ideólogos de Al-Qaeda. Un Islam que fue manipulado justo en aquellas fechas, dando paso a su propia debacle, hundido en la miseria de la manipulación religiosa que ha llevado al mundo árabe, a la situación actual, donde la semilla sectaria, desvía a unos y otros, en mil formas de entender, en mil formas de amar, en mil formas de odiar.
La realidad, es que el Al-Andalus, sería hoy un objetivo de los fanáticos musulmanes, como ya fue en su día, victima de invasiones de otros hermanos fanáticos, venidos a Al-Andalus a corregir los excesos y desviaciones.
Ya no es tiempo de Almohades, ni de Bin Ladens. Ni siquiera es tiempo de maquillar la guerra, como un acto de liberación de un pueblo oprimido. No es tiempo siquiera de mentir como bellacos para hacernos creer que un individuo paso los controles de seguridad del aeropuerto, con una bomba de juguete, que no exploto, sino en los teletipos de una prensa interesada en seguir alimentando el monstruo del miedo, de la diferencia y de la exclusión. Mientras, la codicia se alimenta, de la miseria palestina, del petróleo Iraquí expoliado hasta la saciedad, del interés geopolítico de Afganistán, punto de paso geoestratégico de los oleoductos hacia china.
Si existen los yihadistas, es porque se les alimenta, con la miseria, con la exclusión, y lo que es peor, porque se les adoctrina, se les financia, y se les permite su acción, con tal de alimentar la bestia de la mentira.
Assalamu Alaykum wa Rahmatullahi wa Barakatuh
Paz, misericordia y bendición sobre todos vosotros
[i] Umar ibn al-Jattab, Segundo Califa, quien planteo esta cuestión sobre la base de que a los miembros de la sociedad, les corresponde no solo un corolario de obligaciones (taklif), sino también de derechos (haqq). Prohibió la amputación de manos (hadd) a los ladrones, con el argumento de que la desesperación y la pobreza justifican parcialmente al que roba. La pregunta pertinente es: ¿cómo es posible aplicarle dicha pena a quien roba para saciar su hambre? En realidad ese supuesto ladrón está cumpliendo con el mandato de conservar la vida, por ser un don divino, tratando de satisfacer una necesidad dictada por la naturaleza.
Uno de los derechos inalienables (ojo, que muchos se piensan que los derechos universales propuestos por el occidentalismo son los perfectos y primeros) en la sociedad musulmana, es el derecho a la protección. Sin embargo, los acontecimientos posteriores, y hasta llegar a la actualidad, han desvirtuado mucho de lo sostenido en el Noble Coran, por formas mas interesadas en el mantenimiento de un estatus politico-religioso que ha llevado a la umma (comunidad) al estado actual.