Dudas, angustia, pensamientos

En muchos momentos de la vida, los humanos sentimos un vacío existencial, una extraña sensación que nos aleja de Dios. Cuando hablo de Dios, lo hablo desde la perspectiva, personal, entendiendo lo que cada uno entiende, pues para unos será algo determinado por una religión, una creencia, y para otros puede ser algo personal, llámese, fuerza interior, nuestro súper-yo, o cualquier otra forma de creencia.

Por lo general, esto acontece durante los periodos en los que la vida no te sonríe, en los que las dificultades de la misma, se amontonan a tu alrededor, en los que sientes el dolor de la perdida, de la separación, de la distancia.

Unos, es en esos momentos en los que se acercan a su Dios olvidado en épocas de bonanza, y otros como yo, y creo que los más, somos victimas de pensamientos negativos, contrarios a nuestras creencias.
Yo he estado dos días lejos de Allah. Lejos, como si estuviera enfadado con Él por las cosas que me pasan, cubierto de dudas, lejos de la oración, pero lleno de pensamientos. Nada de miedo, nada de sensaciones de culpabilidad.

Simplemente, dudando. Lleno de contradicciones en mi interior. En esos momentos, no me siento capaz de acercarme a Él, de realizar mis oraciones, de concentrarme en mis suplicas. Es más, me siento hasta hipócrita si lo hago.

Esta mañana, me desperté, y me di cuenta de mi error. Caí en la cuenta, de que no puedo quejarme, de que no puedo agarrarme a un momento de dolor, para sentirme lejos de Él. Son muchas las cosas hermosas que hay en mi vida, son muchas las cosas que tengo y he tenido, y nada tiene que ver, los dolores que la vida te inflinge, pues muchas veces, la gran mayoría, esas cosas son producto de la propia sociedad humana en la que vivimos. Somos nosotros los que provocamos el dolor de los demás, son los demás los que provocan tu dolor.

Bismillah ir-Rahman ir-Rahim
Alhamdolillah