Najwa, el velo, el reglamento y los quintacolumnistas
No puedo evitarlo. Algo de mi es masoquista, pues sigo leyendo la bazofia de El Mundo, pese a que tras los últimos editoriales, me quedo claro quien paga la nómina de Pedro J. Ramírez, al menos en el postulado ideológico-religioso. (Tenia mis dudas porque a veces cabalga en sionismo mas desaforado, y otras se monta a caballo del catolicismo de postin)
Pero este artículo se lo dedico a uno de esos impresentables, de caligrafía cínica, rápida en el insulto, sobre todo cuando de otros se trata, y mas si estos son unos salvajes y retrasados infieles, o como dirá en su camarilla de la profesión, moros de mierda.
Dedicado a ti Rafael Martínez Simancas, por tu columna del sábado 17/04/2010, titulada “La chica solitaria”.
Rápido en tu escritura, pues imagino que debe ser duro escribir columnas para ganarse el pan, sin poder atacar a diestro y siniestro, ya que el populacho lo que quiere es carne con la que olvidar la mentira en la que les hacen vivir estos días.
Al cuello del padre de la chica, del que ya presupones que ha obligado a su cachito, a llevar es a prenda que tanto os molesta a los demócratas europeos. Ni siquiera te has molestado de opinar conociendo las versiones, ni la de tu propio periódico. Total, te pagan por escribir porquerías de los demás, así pues, hagámoslo rápido.
Lo que ella opina, entre exclamaciones, ya lo saben, la dirección del colegio, su padre, y a estas alturas, todo el mundo, menos tú.
Que es algo que ha decidido ella, y punto.
De aquí, a tu salida por peteneras, tirando de hijo de coloniales, nada menos que por Laâyoune ( lo de “El Aiun” lo dejo para los hombres, porque los que salieron corriendo no lo merecen y ojo que lo digo por lo políticos, que no por los militares), donde a lo mejor ya has olvidado a aquel cabrón, que bien vestido con sus galas de militar de dos al cuarto, obligaba a su mujer, vestir de mantón y peineta, como a todas las beatas de aquellas épocas, para ir a misa de 5, mientras él, fornicaba con la ramera de turno, eso si, con el crucifijo de la pared dado la espalda, no vaya a ser que se enfadará. Mientras tu, los pantalones cortos, y con suerte unos zapatos Gorila, y que no te diera muy fuerte el sol.
Así, que mientras te dices y haces decir, la pobrecita niña ha tenido entre otras cosas, una educación menos hipócrita, y la capacidad de decidir sobre que, o que no quiere, la vuelves a meter en el saco de tus miserias, y encima insultas una vez mas a su progenitor, que resulta ser un poco “folklórico” y “poco integrado”, porque no es un alcohólico de taberna o porque no dice exabruptos a la hora de ver el fútbol, pues en esto de que es la integración, ya hay unos cuantos estudios que demuestran que en Europa hay unos cuantos cabestros como tú que no tienen claro que es integrarse, al menos para los demás. Porque a estas alturas, ya sabemos que es integrarse para vosotros. Trabajar poco y mal pagados, callarse, agachar la cabeza, y reza de escondidas no sea que saquéis el San Benito a pasear, recordando a Santiago Matamoros, y la retahíla de la conquista del Al-Andalus (!que vienen los moros!)
Claro, la integración pasa, por ver a tu hija borracha en la fiesta del botellón de cada viernes, enseñando las tetas a todo el mundo, mientras los babosos de tus hijos y sus amigos, esnifan una cuantas rayitas de cocaína. Eso, e ir al colegio, con el pantalón tan apretado, que probablemente cuando sea mayor tenga problemas para tener hijos, y sus partes tan al aire, que el profesor de literatura, ya no sabe si esta con Lope De Vega, o con el Marques de Sade.
Váyase usted a la mierda, señor Simancas y que te encierren con la directiva del centro, en la sala de visitas, y así al menos por un tiempo, dejaras de decir chorradas con tanta sarna.
Que Allah me perdone.