Marruecos pide al gobierno democracia para los musulmanes españoles.

Los musulmanes en España, están representados por una bicefalia política irreconciliable, como se ha demostrado hasta la fecha. Desde 1992, dos organizaciones, la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide) y la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) cuyas posiciones e interpretaciones sobre el Islam son muy distintas.

Lo pero no es eso, sino que ambas, se atribuyen la representación de la Umma Española, cuando en realidad amabas no son sino el particular patio de algunos politólogos españoles, muchos de ellos, alineados con la izquierda nacionalista, los postulados liberales, y que en realidad representan a una gran mayoría de los musulmanes españoles conversos, pero ni por asomo a los musulmanes de otras nacionalidades o la representación del radicalismo wahabi. Dos extremos que no pueden representar al conjunto global de la población musulmana.

En sus páginas, a través de los tiempos, encontramos posicionamientos políticos, acciones en representación de la Umma, que son muy contrarios al sentir de muchos musulmanes, siendo lo peor, en un claro ejercicio de política mezclado con religión.
Entre tanto, al margen del club selecto de intelectuales conversos, o de radicales subvencionados, la realidad de los musulmanes de Murcia, Alicante, Valencia, Madrid, y otras zonas geográficas, de origen marroquí, argelino, es de una falta de representación total ante el gobierno, lo que se traduce en un trato discriminatorio, para la obtención de licencias de apertura de mezquitas (trabas burocráticas, dificultades administrativas, etc), ausencia de representación legal ante los abusos que comenten las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado (operaciones de identificación, o mejor llamarlo redadas dirigidas a un colectivo en concreto), abusos en el sector trabajo, etc.

Muchos verán la acción del Gobierno marroquí como una injerencia, pero otros muchos la veremos como un acicate necesario para que el corrupto edificio sobre el que se sustenta la representación de los musulmanes, caiga dando la posibilidad de al menos, una representación real de lo cotidiano, y deje de ser un club de amigos con una visión muy modernista del Islam, eso si, políticamente correctísima como los postulados occidentales.