Egoísmo, ser o no ser?

Alguna vez escuche que me creía el ombligo del mundo. Alguna vez me sentí así. Claro que por entonces quienes me lo decían, eran en si mismo un ombligo, y no les daba importancia.

Por norma general, me doy a quienes tengo afecto, con toda la pasión que hay en mi, con toda mi fuerza. Pero algunas veces, siento sensaciones de egoísmo, en las que deseo ser el foco de atención, a que me retornen la dedicación o el mimo que puse en mi relación con ellos. Además, lo hago de forma silenciosa, sin casi expresar mis deseos, en la esperanza de que el otro descubra mis emociones y actúe como yo espero.

Esta situación me produce a veces, una sensación de vacío, cuando observo que no existe la misma forma de actuar hacia mi. Comienzo una etapa de egoísmo, que me lleva la sufrimiento, a la depresión.

NO lo puedo evitar, o al menos hasta ahora no he conseguido evitarlo. Entiendo que es un problema mío, pues no puedo pretender direccionalidad en aquello que doy de mi, pues lo hago sin pedir nada a cambio. Entiendo que los demás no pueden ser adivinos de mis estados de animo.

¿Por qué somos tan complicados los seres humanos? Muchas veces he pensado que lo malo de los deseos, es que si uno no los canaliza adecuadamente, o si no existe una respuesta que calme al menos sus gritos, se convierten en obsesiones que nos hacen esclavos de nuestros pensamientos.

Hacia tiempo que no sentía esta sensación, que me lleva por peligrosos caminos, y que no me ayuda nada a pasar los momentos difíciles que estoy pasando.

Muchas veces, me creo que soy un niño que no ha madurado, pero después pienso, que no. Que también tengo derecho a ser un niño mimado, lleno de las atenciones que no he tenido en tantos años.