Cuando haces daño…
Nunca me perdonare haber estropeado el día más hermoso que halla existido hasta la fecha con mi mujer.
Ciertamente a veces no se porque soy tan soberanamente estúpido, porque hago cosas sin pensar en las consecuencias, sin darme cuenta del daño que puedo hacer.
Alguno me dirá que es una tontería, y otros que mas coraje me tendría que dar, el haber realizado un acto haram, a los ojos de Allah. Pero sería un hipócrita si no dijera que es por ella por quien más dolido me siento, por quien más arrepentido me hallo, y Allah me perdone, por estos pensamientos.
De todas las cosas que he tenido que abandonar al entrar en el Islam, solo el tabaco es capaz de dominar mi mente, de hacerme abandonar mi fe, de hacerme sentir mal.
Atrás quedaron la cerveza, el pacharan, los buenos vinos, el buen vinagre de vino de Modena, el jamón, y otras muchas cosas que no han supuesto gran problema para mi nueva vida.
Sin embargo, el tabaco es capaz de destruir mi mente, de permitir que cometa una estupidez, de entristecer a la maravillosa mujer que me ama, y que siente un profundo y respetuosos dolor cada vez que fumo.
Ella, inmaculada flor del jardín que me ha sido dado, ha sufrido hoy mi falta, y el dolor de su mirada, ha entrado en lo mas profundo de mi ser. Ella, que sufre el terrible destino de una burocracia estúpida, que nos marea de un lado para otro con papeles y mas papeles, que trata de comprender cientos de cosas, que trata de conciliar su dolor, la prolongada ausencia de nuestras vidas a causa de los papeles, que me dota de cariño, de calor humano, de comprensión, de fuerza, ha sufrido mi estupidez de niño, de enfermo, que como idiota se fuma un cigarro a escondidas, cerca de ella.
Nunca podré olvidar el daño que hoy la hice, la sensación de dolor que reflejaba su mirada, el hermoso cuadro que he roto en nuestras vidas.
Se que ella me perdonará, pero yo no podré perdonarme nunca por haber roto la magia de este día, por haberla faltado al respeto de esta manera tan estúpida.
Cometer faltas es humano, lo se. Pero ella… ella no se merece ninguna de mis faltas, ella se merece todo cuanto mi corazón, mi mente y mi cuerpo pueda darla, y esto debe ser todo.
Que Allah me perdone, si mi pensamiento es este.