La mujer en el mundo musulman

No soy quien para hablar quizás de temas como este u otros, pues aun soy un pequeño niño que descubre cada día las cosas de Allah que no conocía. Pero siguiendo las enseñanzas del profeta Mohamed, Mensajero de Allah, (Que Allah le bendiga y derrame Su paz): “Quien investiga para obtener conocimiento es un devoto de Dios”. [Tirmidhi 220] busco respuestas a cuestiones que para aquel que no vivió como musulmán durante su vida, y creció y se educo en el seno de una sociedad católica, que vive ahora días de alejamiento de sus propias creencias, sobre la mujer en el Islam.

Leyendo el Sagrado Corán y algunos hadices, veo que la mujer es parte importante de la vida de un musulmán. Lejos del estereotipo que los occidentales conocemos sobre la mujer, y lejos de los formatos y usos que algunas sociedades islámicas mantienen, la mujer en el Islam es el igual al hombre, y el profundo respeto y protección por ellas debe regir la vida del hombre.

Algunas cuestiones como el velo islámico, nacido de la obligación de cubrir el cuerpo excepto las manos y la cara de la mirada de aquellos hombres que no sean su esposo, y que tanta controversia causan en nuestro mundo, han ido desdibujándose en mi interior al poco de conocer a mi futura esposa.

Por otro lado, el conocimiento que adquiero, me lleva a conclusiones donde observo con preocupación, que como en todo, hay formas y costumbres que nacen arraigadas de la necesidad del hombre a ser poderoso sobre la mujer, y de la incultura y el analfabetismo.

Nada más lejos de la realidad, pues el Islam, es fuente de conocimiento, y sobre él, descansa un principio, el de la importancia del hombre y la mujer como criaturas de Allah, cuyo infinito conocimiento, nos dejo abiertas las posibilidades de actuar de manera recta de acuerdo a las situaciones y lugares donde habitamos.
Fuera del integrismo que rige en las sociedades modernas, le hombre y la mujer son sus iguales.

Dejo aquí un video, de un reportaje ingles sobre la mujer musulmana moderna. Quizás su visionado, para aquellos que sepan ingles, les permita conocer, entender y por añadidura, tolerar, que es aquello que sienten y viven las mujeres musulmanas.

Si alguien se siente con ganas de discrepar, y apunta a ejemplos, extremos, radicales, no encontrará una buena respuesta por mi parte, pues si de radicalizar opiniones se trata, todas las sociedades tiene muchas cosas malas que deberíamos cambiar.

Seguro que si siguiéramos los dictados de nuestra religión, con la sinceridad del corazón, con el conocimiento y la cultura necesaria, nuestro mundo gozaría de una hermosa relación mujer-hombre.

A todas las mujeres musulmanas y no musulmanas, les dedico este articulo.

Dijo el Profeta, que Allah le dé Su gracia y paz, en su famoso Hadiz transmitido por Mu’awiya y recolectado por Bujari (que Allah esté complacido con ambos):

“Aquel para el que Allah quiere el bien, le instruye en el fiqh. Realmente yo simplemente reparto y Allah es el que da. La gente de conocimiento son los herederos de los profetas, y de verdad que los profetas no dejaron en herencia ni dinares ni dirhams, sino que dejaron en herencia el conocimiento, así es que quien lo tome habrá cogido un tesoro valioso (dadh wafir)”

Transmitió Abu Huraira, que Allah este complacido con él, que el Mensajero de Allah, sobre él paz y bendiciones de Allah, dijo:

“No se adora a Allah con nada mejor que con el discernimieno (fiqh) del Din. Un solo faqih es más duro contra Shaytán que mil adoradores. Y todas la cosas tienen una base, y la base del Din es el fiqh”.
Dijo Abu Huraira, que Allah esté complacido con él: “Sentarme una hora a aprender el Fiqh es más amado para mí que quedarme despierto toda la noche (haciendo Salat) hasta la mañana

Coran. Sura 33 Ayat 35

”Dios ha preparado perdón y una magnífica recompensa para los musulmanes y las musulmanas, los creyentes y las creyentes, los devotos y las devotas, los sinceros y las sinceras, los pacientes y las pacientes, los humildes y las humildes, los que y las que dan limosna, los que y las que ayunan, los castos y las castas, los que y las que recuerdan mucho a Dios.»